El plan económico de Martínez de Hoz puede sintetizarse en los siguientes puntos:
- Rebaja de un 40% en los salarios, comparados con el quinquenio anterior.
- Reformas a la Ley de Contrato de Trabajo y eliminación de las convenciones colectivas.
- Establecimiento de una creciente regresividad en el sistema impositivo, mediante el aumento de los impuestos indirectos (IVA, etc.) y la disminución de los indirectos (ganancias, riqueza).
- Eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de los subsidios a las exportaciones no tradicionales.
- Progresiva reducción de los aranceles a la importación.
- Apertura total a los capitales extranjeros: igual trato al capital nacional que al extranjero y reducción de los plazos de entrada y salida de dichos capitales.
- Liberación de los mercados de cambio y financiero.
- Reducción del gasto público a través de la racionalización del empleo y la privatización de empresas nacionales.
- Presupuesto Nacional: Aumento en Defensa y Seguridad y reducción en Educación, Salud y Vivienda.
- Política de transferencias del Estado hacia los grupos económicos, mediante los mecanismos de estatización de la deuda privada, la Ley de Promoción industrial y las políticas de compra del Estado.
Una de las consecuencias más características del PRN fue la concentración de capital, la cual se estimuló a través de la estatización de la deuda privada, la implementación de las leyes de promoción industrial y la política de compras del Estado.
Los resultados de estas políticas fueron:
- Aumento de la especulación en detrimento de la producción
- Desindustrialización
- Deuda externa
- Concentración económica
- Institucionalización de la inflación
- Caída del salario real
- Deterioro de los servicios públicos
- Incremento en los niveles de pobreza
Para marzo de 1981 "existía una férrea concentración industrial, una fuerte capitalización del campo, la comercialización de los granos estaba en manos de grandes empresas cerealeras y el Estado argentino estaba endeudado en más de 17.000 millones de dólares, a los que se sumaba un endeudamiento ‘privado’ -por parte de las empresas residentes en el país- de casi 12.5000 millones de dólares. En total, una deuda bruta, al 31 de marzo de 1981, de 29.587 millones de dólares." Queda claro que la apertura económica de Martínez de Hoz significó abrir el mercado interno a la competencia exterior, y no expandir la producción local con destino al mercado externo.
La brecha tecnológica que en los veinte años anteriores se había reducido, volvió a ensancharse de manera irreversible. "Al final de la transformación que condujo Martínez de Hoz, el poder económico se concentró de tal modo en un conjunto de grupos empresarios, trasnacionales y nacionales, que la puja corporativa y la negociación ya no fueron siquiera posibles"
Aspecto sociocultural durante el proceso
El objetivo de la acción antisubversiva de los militares era clara: no sólo se debía exterminar a los guerrilleros, sino que se debía acallar a la sociedad toda, mediante un bombardeo psicológico destinado a romper los lazos de solidaridad que unían a la sociedad para instalar el individualismo y el "sálvese quien pueda". Esto se logró mediante diversas acciones:
Desaparecidos: Mientras que la dictadura chilena tiraba al río a las víctimas del Estado terrorista para que todos los vieran, el proceso militar argentino inventó una nueva figura jurídica. La "desaparición" de una persona llevaba a sus familiares y amigos a una situación de incertidumbre, inacción y temor por lo que sus propias acciones pudieran causarle al detenido-desaparecido, en caso de que éste estuviese con vida. O sea, había temor a que la denuncia, la búsqueda y la movilización de sus seres queridos causaran daño al desaparecido, si este se encontraba con vida.Programa económico de especulación y desindustrialización: Buscó romper con la tácita alianza de las clases medias con las bajas.
Represión cultural: Censura y promoción de la autocensura, quema de libros, violencia contra profesionales de relevancia social (periodistas, párrocos populares, psicólogos, abogados, educadores, escritores, actores, etc.)
El sistema educativo fue reformado para que encajara con el régimen y su programa: Listas de antecedentes en los ingresos a las facultades, represión en los establecimientos, modificación del sistema pedagógico, etc. Se prevenían "futuros subversivos" retrasando el aprendizaje de la lectoescritura hasta tercer grado (sólo "podían" aprender 13 letras por año) y prohibiendo la enseñanza de la teoría de los conjuntos en matemáticas. A los universitarios, demasiado grandes para reformarse, se los reprimía y exterminaba.
La inserción de "terror" es comentada por Victor de Gennaro en un debate organizado por el diario Página/12 con motivo del vigésimo aniversario del golpe militar: "[...] Hubo un proyecto sistemático de meternos el terror en cada célula, en cada hueso, para que no nos acordemos de lo fundamental que significa querer ser, con autodeterminación, defensores de un proyecto nacional y popular. Querían quebrarnos esa capacidad de construir lo nuestro, ese derecho que tenemos a ser poder en nuestro propio país. Había que quebrar esa capacidad, había que imponer un modelo económico, social y cultural del sálvese quien pueda. Para sobrevivir había que mentir, había que desconocer la identidad, el de al lado era un peligro, era alguien que comprometía, había que pensar nada más que en uno, como si esa fuera la opción."
No fue sólo miedo lo que provocó el individualismo, aunque este fue su ingrediente fundamental. La censura y la autocensura (se emitían avisos televisivos con la frase "El silencio es salud" como consigna) se combinaron con la nueva doctrina liberal impuesta desde el Estado. La ideología del "sálvese quien pueda" se acreditaba en el dinero fácil que las actividades especulativas proveían. El que producía, quebraba, el que "invertía" en la bicicleta financiera se salvaba. Al crecimiento industrializado colectivo, en el cual todos los sectores recogen los frutos del progreso, se oponía un nuevo modelo de "quita de ganancias" individualista, en el cual el progreso era personal y a costa de los demás. La "economía imaginaria" de la plata dulce y el "deme dos" sumado a la represión en todos los ámbitos de la vida civil, lograron romper muchos lazos de solidaridad que había en la comunidad. "Aunque los salarios y los beneficios de los industriales eran muy bajos, la prensa se hallaba amordazada y los sindicatos acobardados, gran parte de la población encontraba solaz en la especulación y la compra de artículos importados baratos". Si no, ¿cómo se explican las tristemente célebres frases "algo habrá hecho", "por algo será" y "no te metás" en una sociedad que no muchos años antes veía con algo de simpatía y mucho de esperanza las acciones guerrilleras que, al menos en sus prédicas, querían "cambiar el mundo"?
La sociedad argentina, acostumbrada a hechos como estos sólo publicados a través de las crónicas de otros países, tenía miedo, miedo de saber, de tener algún tipo de información, de estar enterado de algo.
"El silencio es salud", siniestra ironía escrita en carteles, para anunciar en un lugar donde se cometían aberraciones, en busca de quebrar el silencio heroico de las víctimas.
La sociedad ya no sólo extrañaba el hecho de poder votar, sino también el de poder decir lo que pensaban, tener ideales políticos diferentes a los impuestos. A cambio de estas privaciones, tenían constantes amenazas.
De la manera en que se presentaban los hechos, parte de la sociedad decidió exiliarse, ya sea por razones políticas o laborales, en el exterior o, en otros casos, en las provincias.
En el plano educativo, la censura y la mentira también estaba presente. Los libros eran "transparentes", frívolos, en ellos no existían la mezquindad ni el crimen. Así mismo, la música también estaba reprimida los actos de protesta y los cantos populares estaban titulados en su totalidad como "subversivos".
El 80% de los ciudadanos argentinos que entre 1.976 y 1.983 cursaban la escuela secundaria, no recuerda sobre su vida social y/o salidas estudiantiles, tampoco las canciones que escuchaban ni los cantos populares de protesta.
El 17,4%, que pertenecía a la clase alta, parecía haber vivido en otro planeta, aislados del mundo.
El 3,6% prefiere no opinar del tema, por miedo a nuevos actos represivos.
La gente conocía la verdad de lo que estaba ocurriendo, pero la violencia había llegado a tal grado que se sentían intimidados y no se animaban a hablar. Luego de los 2 primeros años fue evidente que la política económica no funcionaba y empezó a notarse cada vez más el problema de los desaparecidos. Fue allí cuando la sociedad, el pueblo argentino, se volvió en contra de los militares.
Una concluida esta modesta y pequeña síntesis de los aspectos más importantes de la dictadura o mejor dicho del Proceso de Reorganización Nacional, por último no me queda más que centrarme en una de las consecuencias más dañinas para el presente y futuro de nuestra sociedad, como lo fue el tema de los desaparecidos y todo lo que ello significa para nosotros, aunque no debemos olvidar otro hecho, quizás de igual relevancia como lo fue la guerra de las Malvinas, comprendiendo esto de todos modos he decidido centrar mi foco de investigación sobre el primero de los temas. Haciendo especial mención al tema de los desaparecidos; las madres y abuelas de plaza de mayo; la apropiación ilegal de niños y por último hacer una breve reseña de la guerra de las malvinas.